Por Andress Usuga

Para hablar de ciudadanías libres debemos tener en cuenta qué es la política, sus formas, visiones, posiciones y propuestas. Para hacer contexto la política es considerada como el arte de gobernar, definición que tiene sus orígenes en la filosofía griega, que con representantes como Aristóteles, quien buscaba fundamentar su pensamiento del orden de las ciudades griegas y del motor de la civilización, en la relación, entre demos y ciudadanía.
El filósofo siempre fue claro en un tema de la gobernanza, y es la preparación para gobernar. Aunque los contextos son completamente diferentes, el antiguo y el actual, aún se puede decir, que el gobierno, sea local, regional o nacional, quienes ocupen estos cargos de elección popular deben ser personas preparadas, y contar con la capacitación apropiada para administrar y gobernar una ciudad o un país. Estos cargos pueden ser asumidos por personas que se han capacitado para brindar soluciones adecuadas a las necesidades requeridas en sus áreas.
Ante estos temas actuales de elección por vía democrática se encuentran las ciudadanías, algunas militantes de partidos políticos, y otras en la actualidad, hacen de su participación política, el estar por fuera del sistema tradicional de partidos, y optan por la opción de inscribirse por medio de movimientos, y recolección de firmas que les permita tener el respaldo de las ciudadanías, que en este caso para nuestro interés, las llamaremos ciudadanías libres.
En el contexto Colombiano las ciudadanías libres, parecen no tener color, ni forma, pero en la práctica, son lugares comunes para la política tradicional y para las nuevas expresiones políticas que se autodenominan progresistas.
El tema de las ciudadanías libres, título que hace referencia a las ciudadanías que no son partidistas, o que trabajan bajo un jefe político, ha sido tendencia en las últimas elecciones locales. Con el triunfo del movimiento Creemos en la ciudad de Medellín, consideró que este título puede ocultar la ignorancia y la falta de compromiso, no solo político, sino también compromiso social, cultural, y hasta personal.
Debido a que, lo que representa el Partido Creemos, es a los mismos partidos tradicionales, con maquinarias, que al no ver la oportunidad de alcanzar sus objetivos dentro de los partidos tradicionales, se disfrazan de ciudadanías libres, y actúan con las mismas acciones de los partidos hegemónicos en Colombia.
De esta forma, puedo argumentar que el triunfo de las ciudadanías libres, en Medellín, es un triunfo de la política de derecha, que si bien se ha caracterizado por gobernar con terror y corrupción, han impuesto en los mensajes a la opinión pública, que el sector nefasto en nuestro país, es la izquierda, presentando los casos de Cuba y Venezuela como terribles, y difundiendo la culpabilidad de todo los problemas sociales al sector político de la izquierda.
De esta forma, con el triunfo de Creemos en Medellín, estamos ante un contexto de una ciudad sin política de base, sin una ciudadanía crítica. Han utilizado el lenguaje de las ciudadanías libres, para contrarrestar el descontento social con la política tradicional y aprovechando que la izquierda no ha logrado organizar las ciudadanías libres y qué movimientos independientes usaron a las ciudadanías libres para vender, o reencauchar el mismo proyecto neoliberal, de captura, y cooptación de los recursos públicos del Estado.
En Medellín nos encontramos con una ciudad que se descompone en su organización política, que algunos llamarían como “orden” o “rescate” pero no es más que un gobierno de derecha, que busca tener a todos los sectores alineados, desconociendo los Derechos Humanos y el fortalecimiento político de las comunidades, temas fundamentales de las reivindicaciones de las ciudadanías libres.
Así es que en la ciudad futuro, existen movimientos políticos de fanáticos de derecha camuflados de ciudadanías libres, y tenemos así una ciudad sin política, sin futuro político.
Del otro lado tenemos las ciudadanías de tendencia progresista que han optado por el camino de las ciudadanías libres, sean por convicción, decepción o por oportunismo.
Ahora escuchemos la ciudadanía progresista. Salimos en busca de estas ciudadanías libres, que trabajan bajo este concepto y que se pone en juego, en elecciones locales y nacionales, y que busca cambiar la forma como se hace la política en la actualidad, ciudadanías que actúan por fuera de los partidos políticos de izquierda, que para participar en la contienda electoral salen a las calles recolectando firmas, promoviendo la construcción de otros mundos posibles, por un sistema justo y libre, donde exista la justicia social y ambiental.
Estás ciudadanías libres se identifican porque son diversas, porque reclaman justicia social, porque son emotivas, y porque trabajan fuera de los avales que dan los partidos políticos tradicionales de izquierda.
Este concepto tomó importancia en las pasadas elecciones presidenciales. Gustavo Petro, se dirige a las ciudadanías, como el sujeto que escribe el cambio de la historia del país y que se movilizan en la justa causa de sus reivindicaciones y derechos. Con estas visiones de la política, Colombia Humana ha ganado la Presidencia, y promueve el cambio en la política del Estado, enfocado en los más necesitados de las asistencias del Estado, y en la inclusión de las ciudadanías en las tomas de decisiones sobre los problemas más inmediatos del país.
Hemos realizado dos reportajes, donde es la misma ciudadanía quien define este concepto.
Para usted ¿Qué son las ciudadanías libres?, deje su comentario y haga parte de esta iniciativa.